jueves, 5 de enero de 2017

¿Y ahora qué sigue?

¿Y ahora qué sigue?
Rosalía Nalleli Pérez Estrada

Después de unas vacaciones fascinantes plagadas de hermosos momentos con familiares y amigos, debemos de regresar a laborar. Muchos de nosotros regresaremos a la misma actividad que elegimos como profesión u ocupación y que amamos sin igual.

Por supuesto debemos de regresar con nuevos objetivos para innovar en nuestra práctica diaria, y aunque estemos ya insertos en la autorrealización, donde hemos aprendido a ser más nosotros mismos, tal como Maslow lo proponía: En un continuo crecimiento personal que nos conduce a algún tipo de estabilidad y que nos evita que la subordinación y el servilismo ante las opiniones de los demás nos pierdan, porque creemos más en nosotros mismos para poder continuar, no debemos de olvidarnos que vivimos en sociedad y que eso nos exige dar lo mejor de nosotros en cada actividad que desarrollemos pero sobre todo, que debemos de respetarnos y respetar a nuestros semejantes siempre.

Los 12 meses del año son maravillosos, sin embargo este mes que termina, diciembre, tiene un doble significado para muchos de nosotros: el reencuentro religioso o familiar pero además el término de un ciclo para comenzar otro. Muchos no tuvieron la suerte de empezar el 2017, su línea del tiempo se detuvo un poco antes  de que feneciera el 2016. Muchos otros continuaremos al 2017 pero el tiempo nos dará la respuesta si podremos ver el 2018, pues lo único seguro que tenemos en las manos es lo que podemos asir y dejar ir por voluntad propia.

Curiosamente no podemos sostener la vida, ni decidir por ella, aunque sea lo que más amemos, por sobre todas las cosas. Quien hace planes a 20 años, es una persona que se sabe administrar así misma, pero al mismo tiempo llena de soberbia, pues nadie sabe si despertará mañana.

Por lo tanto, para quienes inician el año con una nueva responsabilidad social, económica, política o educativa deben de valorar los cambios que se les presentan o provocarlos, de manera sensata y sin el afán de dañar a nadie jamás. ¿Un nuevo mandato gubernamental? ¿Un nuevo cargo político?¿Una nueva encomienda profesional? No importando el cargo que se ha adquirido se debe de concientizar que todo es efímero y que al igual que ahora se está iniciando en poco tiempo estará finalizando, pues nada es eterno.

Así que la prudencia, el compromiso, la inclusión, pero sobre todo la humildad deben de ser parte de su quehacer diario; pues los puestos no son eternos, pero el reconocimiento y la admiración por sus buenas acciones sí lo pueden ser entre los que se quedan, con el pasar de los años. El paso por cualquier responsabilidad social, dado conscientemente, dejará huella, que puede ser seguida por todos los que nos suceden, y no odiada por los que de nosotros dependen.

Esta es una decisión que debe de tomar quien dirigirá el estado y de la gente que lo apoyará en el mandato, no caer en el ego que  Osho (2012) dice: el juego del ego que es la política de subir cada vez más alto (sin importar por encima de quien se pasa).

Por otro lado, y para ejemplificar la idea de lo que no debiera de hacerse, retomo lo que Hamel (2012) dice “toda institución descansa sobre unos cimientos morales, y no hay una fuerza capaz de erosionar tales cimientos con mayor celeridad que una avalancha de interés personal” y desafortunadamente ese interés personal se hizo presente y se visualiza en los parciales que se marchan,  tomados de la mano de reproches y condenaciones, que desnivelan sus auras y que pesarán a sus futuras generaciones por los resultados vanos y el trabajo insulso y muy personalizado.

La nula admiración los acompañará por la cerrazón al diálogo, por la ausencia del respeto a sus iguales y por la proliferación déspota que corría por los pasillos, sin pensar que el subordinado (pisoteado) muchas veces inclina la cabeza pero que al salir de la oficina repite todo lo que adentro ha escuchado cuantas veces pueda y a veces hasta comparte las grabaciones que ha hecho, ayudando a conocer así a quien lo ha maltratado.

Afortunadamente nada es eterno, ni la vida misma. Todos los ciclos se deben de ir cerrando y estamos cerrando este ciclo que parecía eterno. Ojalá este nuevo que estamos iniciando sea uno que pueda ser recordado y bendecido. Marco con énfasis que es una alteración esperada: la juventud, educación y los buenos valores heredados de quien toma el poder en nuestro estado nos hacen soñar despiertos con un cambio.

rosalia_na@hotmail.com
Referencias:
Hamel, Gary (2012);  Lo que importa ahora. Editorial Norma.
Palomo V. Maria Teresa (2012); Liderazgo y motivación de equipos de trabajo. 7a edición.   Alfaomega.
Osho (2015);  El libro del Ego. Liberarse de la ilusión. Debolsillo Clave

Universidad Santander,Rosalía Nalleli Pérez Estrada,columnista,2017,vida,muerte
Texto publicado el 4 de enero del 2017 en el Periódico Sintesis.

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